A lo largo de varios años y a través de estos viajes, fue estudiando con detalle todos los procesos de cultivo. Cada vez que regresaba a su país, lo hacía con más ideas innovadoras para optimizar los cultivos, los procesos, los tratamientos de plagas, la fertilización, etc.
Con el tiempo se convirtió en un especialista, anotaba todas las técnicas de cultivo y diferentes observaciones a pie de finca, desarrollando un proceso semi-artesanal en el que se aprovecha la dulzura natural de la pulpa del fruto, para obtener así un café en taza donde prácticamente no se necesita azúcar. Este método se denomina MIELUDO, proceso que se llega a patentar.